Foto(s): Cortesía

De soñador a soñador

Redacción

Sophia Miroslava Chávez Matus

Soy hija de la tierra de los BiniGulazaa, donde es costumbre que en la llegada de un nuevo ser a este mundo terrenal se le asigne un espíritu animal protector o como nosotros lo llamamos Xquendaa. 

“Senderos del nagual y tributo para la abuela”, escucho que se enuncia a mi alrededor y todo comienza a cobrar sentido, una por una las primeras cinco pinturas exhibidas colgadas en una pared blanca del lado derecho comenzaron a resplandecer, de cada una de ellas surgía un aura en tonalidades verdes y azules, un aura que me hizo recordar el canto de los Xhauis al comenzar el atardecer, un aura que me hizo recordar a la abuela sentada en su mecedora contando asombrosas historias sobre su juventud y los inicios del pueblo que me vio crecer, Juchitán de Zaragoza, un aura que me hizo conectar directamente con las obras, un aura que hizo que mi Nagual o Xquenda despertara su curiosidad por descubrir que a lo largo de nuestras siete hermanas regiones del estado de Oaxaca existen mismos conceptos pero cada uno conocido a cómo nuestros respectivos antepasados nos los han de enseñar. 

Hoy estoy aquí dentro de un cubo blanco con mis ojos grandes llenos de asombro y curiosidad por el mundo viendo desde NN Galería, localizada en Privada de Aldama 101, en el Barrio de Jalatlaco, Oaxaca, la exposición del maestro Ixrael Montes, (San José de las Flores, Jamiltepec, 1971) quien también es hijo de la tierra, pintor y amante de las historias. 

Senderos del nagual y tributo para la abuela es el nombre que el maestro le otorgó a su exposición la cual fue inaugurada el 21 de diciembre del año 2023 y rinde homenaje a la mujer que lo vio crecer, su abuela, quien contaba historias al pequeño gran artista-cocodrilo sobre hombres y mujeres convertidos en animales, aves danzando por el cielo , cuentos de la luna y peces que nadan entre jardines secretos donde los mitos se convierten en brotes de la vida, dichas historias han sido plasmadas sobre tela, óleo, temple sobre madera de cedro blanco, polvos de mármol pigmentado y carbón sobre papel, donde también utiliza un ritmo de colores que te hace navegar entre la influencia del arte africano y mixteco, el cual se manifiesta de manera inconfundible en cada rincón de la exposición, siendo un portal con sus raíces. 

Con destreza magistral, el maestro Ixrael Montes narra relatos y mitos ancestrales mediante sus pinturas, presentándose a sí mismo en forma de animales-símbolo, como el legendario cocodrilo que figura en varias de sus obras, haciendo clara referencia a su persona. Además de este icónico ser, el artista inmortaliza jaguares, peces, grullas y loros, construyendo alegorías que exploran la fertilidad, la feminidad, el amor y la vida misma. 

Soy hija de la tierra de los BiniGulazaa; crecí y viví dentro de un pequeño microcosmos plasmado de mitos, leyendas, historias y una fuerte influencia por parte de las abuelas. No soy critico de arte pero comprendo lo que el maestro Ixrael trata de decirnos, el respeto, admiración y orgullo que siente uno por su tierra que se ve reflejado en sus trazos que es lo esencial dentro de su arte. 

Hoy me gustaría decir que un gran artista no se mide por el número de premios obtenidos o el costo de sus obras, un gran artista se mide por el tiempo, dedicación y circunstancia que lo han traído hasta este punto siendo quien es.